jueves, 12 de junio de 2014

EL PODER DEL SONIDO, EL LADO OSCURO

El poder del sonido y sus posibles aplicaciones negativas

Hemos hablado ya sobre el sonido y su capacidad para resonar en el organismo, mediante algunas dudosas terapias sónicas basadas en algunas frecuencias concretas. Ahora bien, esta cualidad sonora puede ser aplicada no solo con fines terapéuticos: su empleo y de forma mucho más sencilla, puede también llevarnos a nuevas formas de armas, no violentas, pero muy efectivas. Siendo en algunos casos capaces de ahuyentar, anular o en el peor de los casos, provocar malformaciones o tumores en la piel al ser empleadas con gran presión sonora y de forma reiterada. ¿Sabias que es algo frecuente que a algunos músicos se les irrite la piel al permanecer largos períodos de tiempo empleando sus instrumentos musicales o en sus estudios de grabación? Recordemos a tal fin aquel famoso ejemplo de un sonido ajustado a una frecuencia exacta, resonando en una frágil copa de cristal y cómo esa copa comienza a vibrar, desajustando su composición física, para así finalmente acabar rompiéndose en pedazos. 

Copa hecha pedazos por resonancia acústica 

Actualmente, las fuerzas del orden de varios países emplean en algunas ocasiones el poder del sonido mediante el popular cañón sónico: un arma que proyecta una ráfaga sonora de alta frecuencia y muy elevado volumen hacia un lugar determinado, con la finalidad de dispersar manifestaciones o crear molestias auditivas. Si los niveles sonoros son muy altos, puede causar pequeños daños físicos e inclusive daños auditivos permanentes.

Las siete trompetas de Jericó, obra del pintor James Tissot
Por el momento, el empleo del sonido como arma letal sigue siendo una teoría muy alejada del sentido común e imposible de llevar a cabo; pero no hay duda alguna sobre la capacidad científica para desarrollar este tipo de nuevas tecnologías de forma más eficiente. A continuación vamos a explicar cómo puede llegar a afectar el sonido a tu salud corporal y mental.


SONIDOS A BAJA FRECUENCIA,
SU EFECTO:
Según diversos estudios científicos, los sonidos por debajo de los 50 Hz en potencias superiores a los 150 dB (altísimas) pueden producir sudoración y salivación involuntaria. A frecuencias de 0'5 Hz pueden ocasionar la incapacidad para respirar correctamente y con diversas otras comprendidas en el rango de las bajas mareos, pérdida del control ocular e inclusive la pérdida total de la conciencia. Recuerda que el oído humano puede ser sometido a sonidos de baja frecuencia imperceptibles para él, y de este modo padecer sus trastornos sin ser conscientes del hecho. El oído humano ignora todo lo situado por debajo de los 20 Hz. 


SONIDOS A ALTA FRECUENCIA 
Y ULTRASONIDOS, SU EFECTO:

Su principal efecto es ocasionar una fricción que tiende a subir la temperatura corporal. Este hecho llevado al extremo puede paralizar nuestros órganos y subir la temperatura corporal en valores que rondan los 50º C. Recuerda también que todo sonido por encima de los 20.000 Hz no será percibido por tu oído, pero sí puede afectarte drásticamente.

La música tiene un enorme poder sobre nuestra salud, pero el poder conlleva siempre responsabilidad y peligros. Seamos conscientes de ello cada vez que pasemos un largo período temporal escuchando, componiendo, grabando o practicando una obra musical. La música es la matemática aplicada al sonido, el sonido es vibración y la vibración es lo que da forma a la materia.

(Víctor Mayor Leiva) 

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